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domingo, 11 de octubre de 2015

Rezar 5 veces al dia ¿siempre?

No lo voy a,negar, al principio cuesta y se hace pesado.
Llega la hora del rezo y dices ¿otra vez? Luego lo hago... Y así se te juntan dos rezos, o tres, y dices ¡qué cansancio, es mucho! Ya rezaré mañana...
Pero es cuestión de crear un hábito, y de no perderlo una vez creado.
Igual que tenemos el hábito de lavarnos los dientes antes de dormir, igual que mucha gente tiene por costumbre tomarse su café después de comer, igual que nos lavamos la cara al despertar... Todo son hábitos que hemos creado y que lo hacemos sin darnos cuenta.
Con el rezo, es igual.
Imagina un río en la puerta de tu casa que tienes que cruzar 5 veces al día para entrar o salir.
Pues lo mismo suponen las 5 oraciones del día, 5 momentos de cruzar ese río que nos limpiará nuestras faltas.
Así lo expresan los hadices del profeta Muhammad; y dice también que el rezo borra las faltas que han habido entre ese y el anterior.
Lo que pasa es que, para establecer un horario de rezo, como antiguamente no había relojes, se puso con las fases del sol y la luna. Y así se sigue haciendo para no modificar la tradición del islam desde que se revelara la palabra de Dios en el Corán.
Aunque actualmente se relaciona cada momento con una hora exacta, que varía cada dia uno o dos minutos.
Y esto lógicamente se ve influido por el día más corto en invierno y más largo en verano.
El primer rezo de cada día es cuando empieza a amanecer, pero antes de que salga el sol.
El segundo rezo es al mediodía.
El tercero por la tarde.
El cuarto cuando el sol empieza a ponerse y puede verse la luna.
Y el quinto cuando se ha puesto el sol por completo.
Cada rezo supone como mucho 5 minutos.
Tenemos tiempo para ver una película que dura 2 horas sin movernos del sofá.
Tenemos tiempo para irnos a pasear, a tomar café, a visitar a una amiga... y pasar horas.
¿Y no tenemos menos una hora en todo el día para dedicársela a Dios?
Para pedir perdón por nuestras faltas.
Para agradecer por todo lo que tenemos.
Para pedir su ayuda.
Realmente, cuando tienes verdadera fe en Dios, te esfuerzas en crear ese hábito, poco a poco se convierte en costumbre, y llegas a no querer perder ningún rezo, a pasar el día mirando cuánto tiempo falta para la siguiente oración.
Y lo que en un principio era pesado y aburrido, ahora es algo que te gusta y que lo haces con cariño y alegría.
Es más, no rezas 5 veces al día, sino 7 o más porque haces oraciones voluntarias además de las obligatorias.
Pero si empiezas a descuidar ese hábito, si dejas de rezar, luego cuesta mucho volver a retomar las riendas para volver al camino y crear otra vez el hábito.

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