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domingo, 11 de octubre de 2015

La mujer musulmana, ¿oprimida y sin derechos?

Muchas veces la gente cree que la mujer musulmana se cubre por temor o respeto a su marido, que no puede trabajar, que no puede salir, que siempre tiene que ir con su marido, que tiene la obligación de hacer todas las tareas de la casa y cuidar a los hijos, etc.
La mujer musulmana se cubre por obediencia a Dios y por temor a él. 
Si crees en Dios y sabes que él ha mandado vestir así, llega un momento en que te das cuenta de que algún día tendrás que rendir cuentas ante Dios y a él no puedes ponerle excusas.
La mujer puede trabajar si quiere, pero no tiene obligación de hacerlo porque Dios le ha dado al hombre la obligación de mantener a su mujer e hijos y que no les falte de nada.
La mujer musulmana puede tener vida social, salir, ir a cursos o actividades, reunirse con amigas o familia.... Y no necesita llevar de escolta al marido.
Como cualquier otra mujer, hacemos las tareas de la casa y nos ocupamos de los hijos, pero Dios ha ordenado al hombre tratar bien a su mujer, ayudarla y ser comprensivo con ella. Y en la Sunna del profeta, en lo que él hacía y recomendaba hacer por consejo de Dios, se ha enseñado al hombre a colaborar en las tareas de la casa y ser responsable de la educación de los hijos.
Somos musulmanas, pero tenemos los mismos derechos que cualquier otra mujer.
Es más, un marido musulmán temeroso de Dios nos dará incluso más de lo que se le pide para obtener más recompensa.

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