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domingo, 14 de febrero de 2016

Justos por pecadores

Desde pequeña me enseñaron que no debemos juzgar a los demás y que no deben pagar justos por pecadores, pero tristemente esto es lo que sucede en la mayoría de las ocasiones.

Ser musulmán / musulmana no es fácil.
No sólo se te juzga por la religión, por la cultura, por la forma de vestir, por las costumbres...
Sino que se juzga a los musulmanes por los hechos de personas que se hacen llamar musulmanes aunque su comportamiento y/o carácter no tenga nada que ver con el verdadero islam
¿Cuántas veces hemos escuchado frases como...?
- Pues tal persona también es musulmán/a y bebe.
- Mira no se quién, es musulmana y viste como las chicas de aquí.
- Estos musulmanes están bien integrados en la sociedad y celebran nuestras fiestas como todos.

¡Claro! Si tenemos en cuenta el comportamiento de algunas personas, los bichos raros somos nosotros.
Pero no, señores, señoras.
Cada uno es muy libre de hacer lo que quiera tenga la religión, cultura y origen que tenga; y eso nadie lo puede discutir.
Ahora bien, que ciertas personas hagan ciertas cosas no quiere decir que eso forme parte de la religión, sino que esas personas han elegido vivir así, independientemente de lo que mande el islam.

Y por supuesto, si sólo se nos juzgara con esto, podríamos estar contentos.
Pues los últimos años, con el comportamiento de muchos locos, se nos trata a los musulmanes con desprecio y se nos condena por algo de lo que no somos responsables.
El hecho de que en los últimos tiempos todos los ataques terroristas se consideren terrorismo islámico no hace sino ponernos una etiqueta más: musulmán = terrorista.

Que no, que el islam no tiene nada que ver con el terrorismo.
Que esa guerra santa de la que se habla no existe como tal en el islam.
Y que por los crímenes que alguien cometa debe pagar ese alguien, no toda una sociedad.

Como musulmanes y musulmanas, debemos hacer respetar nuestro derecho de tener esta religión tan respetable como las otras.
Y tenemos que esforzarnos por limpiar la imagen de nuestra bonita religión que nos aporta unos grandes valores.
Condenamos el terrorismo, las guerras, la explotación, y cualquier acto que dañe la vida de cualquier persona, y también animal.

Juzga lo que yo haga, y que cada uno pague por lo suyo.
Pero no me hagas pagar los males de otros.

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